Evidencia de fraude en el negocio de los biocombustibles

La denuncia aparece en un informe de la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E), organización que aboga por un transporte libre de emisiones y accesible y de la que es miembro la asociación ecologista portuguesa Zero.
En un comunicado sobre el informe, Zero destaca que el documento emite una advertencia urgente sobre el uso creciente, y potencialmente fraudulento, de residuos de la industria del aceite de palma (Palm Oil Mill Effluents — POME) en los biocombustibles utilizados en Europa.
El POME utilizado en Europa es más del doble de la capacidad de producción estimada, por lo que según T&E otros productos de origen vegetal, como el aceite de palma virgen, podrían ser utilizados y catalogados como residuo.
Según el informe citado por Zero, el consumo de POME en biocombustibles en la Unión Europea y Reino Unido alcanzó un valor del orden de dos millones de toneladas en 2023, cuando la capacidad real de producción mundial de este residuo ronda el millón de toneladas, mayoritariamente en Indonesia y Malasia.
Datos oficiales de la Unión Europea indican que entre 2020 y 2023 el consumo de biocombustibles procedentes de POME se quintuplicó, con un incremento del 80% solo en 2023.
El POME, al estar elaborado a partir de materias primas residuales, se promociona como “verde” en toda Europa. En los últimos años se ha producido un abandono paulatino del uso de aceite de palma en la producción de biocombustibles y un aumento de productos como el POME.
España, Italia y Alemania representaron tres cuartas partes del consumo europeo de POME, y España por sí sola utilizó el 40%.
Portugal aparece en quinta posición, con un fuerte crecimiento entre 2020 y 2023, según el informe de T&E, lo que genera preocupación por posibles fraudes.
“Aunque la industria afirma que existe una certificación de biocombustibles, esta se considera frágil porque se basa en declaraciones voluntarias de la industria, sin pruebas de laboratorio obligatorias (…). Si hay fraude, la producción de las materias primas reales contribuirá a la deforestación”, advierte la organización.
Y añade que los consumidores pueden estar contribuyendo sin saberlo a la deforestación y a las emisiones de gases de efecto invernadero cuando utilizan biodiésel en sus coches diésel.
Zero destaca que Portugal no es uno de los principales usuarios de POME en Europa, especialmente porque forma parte de un grupo de países que decidieron adelantar el fin del uso de biocombustibles de aceite de palma (el objetivo de la UE es 2030).
Los datos oficiales de 2024 indican que Portugal no produjo ni importó biodiésel elaborado a partir de aceite de palma virgen ese año. “Buenas noticias”, afirma Zero, que no obstante advierte de un escenario de sospecha en relación a la producción e importación de biocombustibles.
La asociación aboga por tanto por la revisión del sistema de certificación (controlado por las autoridades públicas y no por la industria), la creación de un sistema de información y difusión que permita conocer el origen y el tipo de materias primas utilizadas y la creación de una unidad europea de investigación contra el fraude en los biocarburantes.
observador