Grupos ultraviolentos de extrema derecha involucrados en enfrentamientos al margen de la final de la Copa de Fútbol de Bélgica

Cabezas rapadas, capuchas y ropa negra: decenas de hooligans que llegaron a Bruselas para ver la final de la Copa de Bélgica, que el FC Brujas ganó 2-1 al Sporting Anderlecht el domingo 4 de mayo, protagonizaron actos de violencia extrema en el metro y en municipios de la región como Molenbeek, Jette y Laeken. Palizas, insultos, tiendas devastadas y gritos dirigidos a personas de origen extranjero – “Volved a vuestro país” , “Os vamos a matar” , “No al velo” : no había ninguna duda de que los autores pertenecían a grupos ultraviolentos de extrema derecha. Un grupo, los North Fanatics 13, ha sido identificado como el principal instigador de estos incidentes.

En respuesta, grupos de jóvenes de las zonas afectadas atacaron a los aficionados del Brujas. Uno de ellos recibió un disparo en el tobillo. En total, unas 80 personas resultaron heridas, entre ellas dos policías y una persona a quien una bomba de humo le voló la mano.

Tras los incidentes que se prolongaron hasta media noche del domingo al lunes y que se saldaron con unos sesenta detenidos, el lunes por la noche se produjeron nuevos hechos de violencia en el centro de la capital. Quinientas personas se movilizaron tras un llamamiento a la "disturbio" lanzado en las redes sociales para denunciar los actos racistas de la víspera. Al unirse a una marcha pro Palestina, rápidamente se enfrentaron con las fuerzas de seguridad desplegadas en gran número. Se destruyeron muebles y se produjeron una veintena de detenciones.

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