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Atlético - PSG: un estreno de película por todo lo alto

Atlético - PSG: un estreno de película por todo lo alto

Los Ángeles es una ciudad que, a pesar de su enormidad, respira deporte. Un paseo por el centro de la ciudad es suficiente para ver mensajes de apoyo a los Dodgers –el equipo de béisbol de la ciudad– en el transporte público antes de su encuentro frente a los Rams y decenas de camisetas de los Lakers, la franquicia más legendaria en la historia de la NBA a pesar de su decepcionante final de temporada. Pero lo que no se percibe recorriendo las calles de la segunda población más grande de EE.UU. es que la urbe angelina es una de las sedes del Mundial de Clubes y que, para abrir boca, acoge este domingo un partido estelar entre Atlético de Madrid y Paris Saint-Germain (21.00, Telecinco).

Cierto es que no ha sido la semana ideal para convertir el fútbol en un tema protagonista, como bien ha podido comprobar en sus carnes el conjunto rojiblanco. Desde su llegada a tierras americanas el pasado martes, cada noche se ha topado a pocos metros con las sonoras protestas en Los Ángeles contra la política migratoria de Trump. Unos disturbios entre helicópteros, la llegada del ejército y un toque de queda que han marcado la preparación del debut en el Mundial, e incluso la previa del mismo, obligando a modificar el horario y el lugar de las ruedas de prensa de Simeone y Luis Enrique, aunque los futbolistas colchoneros niegan que les haya podido afectar, ya que su foco se encuentra al 100 % en el combinado parisino.

En lo deportivo, afronta el Atlético la última oportunidad de enmendar un temporada llena de ilusión hasta Navidad que se tornó en pesadilla en apenas un mes. Fuera de la Liga demasiado pronto, apeado de la Champions por el Madrid todavía con la herida por cerrar del doble toque de Julián y eliminado en Copa por el Barcelona a las puertas de la final. Por ello, se presenta el Mundial como la oportunidad perfecta para demostrar que los rojiblancos son capaces de competir contra cualquiera, además del suculento incentivo económico y el prestigio que supone coronarse como campeón del mundo.

Para ello, Simeone no cuenta con ninguna cara nueva. Para decepción de la parroquia colchonera, que se frotaba las manos con posibilidad de viajar a Estados Unidos con incorporaciones de la talla de Baena, Cuti Romero o Johnny Cardoso. Ninguno de los nombres vinculados a la rumorología atlética llegó y los únicos dos fichajes efectuados por la entidad del Metropolitano para la cita mundialista fueron dos futbolistas en plantilla durante toda la temporada: Lenglet, que regresa al Atlético libre tras desvincularse del Barcelona, y Musso, traspasado por la Atalanta para mantenerse como suplente de Oblak. Además de la presencia de Carlos Martín, que vuelve a la dinámica del primer equipo después de una campaña cedido en el Alavés. Con 30 futbolistas, incluidos seis provenientes del filial, inicia el conjunto rojiblanco su marcha americana.

El rival en su estreno, nada menos que el campeón de Europa. El PSG llega a Estados Unidos tras una trayectoria contraria a la protagonizada por el conjunto español. Los malos resultados y dudas del tramo inicial fueron sepultados por los de Luis Enrique a base de un gran juego y, sobre todo, de títulos. A las habituales conquistas en Francia se sumó la tan ansiada Champions, después de años de proyectos fallidos y millones y millones de euros gastados.

Una primera demostración de cómo imponerse en el Viejo Continente que convierte a los parisinos en uno de los grandes rivales en el Mundial, a expensas de su capacidad de mantener la ambición una vez coronada la cima más ardua y de la recuperación de Dembélé, que causará baja ante el Atlético pero se espera su regreso a partir de la segunda fase. Unos octavos por los que también pelearán en el grupo B el Seattle Sounders y, sobre todo, el Botafogo, vigente campeón brasileño y de la Libertadores, y gran candidato a aprovechar cualquier desliz que tengan los dos grandes favoritos.

Dos equipos, PSG y Atlético, que tuvieron su último enfrentamiento hace siete meses en la fase liga de la Champions. Un encuentro en el que el asedio galo tuvo su premio con el tempranero gol de Zaïre-Emery, pero se topó con una surrealista remontada rojiblanca difícil de explicar, cimentada sobre el empate de Nahuel Molina, una actuación estelar de Oblak y el agónico tanto de Correa en el tiempo añadido. Una buena pista de lo que espera esta noche en el estreno de dos candidatos a pelear por el título el próximo 13 de julio. Aunque el escenario, en vez del Parque de los Príncipes, será el Rose Bowl, hogar de los Bruins, el equipo que representa a UCLA (Universidad de California en Los Ángeles) en la liga universitaria de fútbol americano. Un imponente estadio de 90.000 espectadores, aunque el poco interés despertado entre la afición estadounidense y el tempranero horario del partido (12.00 del mediodía) hacen temer lo peor en cuanto a asistencia. Con un gran ambiente o sin él, el Atlético comienza este domingo su andadura mundialista.

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