Tour de Francia, penúltima etapa: Groves gana en una escapada en solitario. Milán se lleva el maillot verde.

Un Tour empapado por la lluvia, un poco gris y melancólico, ahora todo centrado en París donde este domingo, con la llegada a los Campos Elíseos, tras 3 pasos inéditos por Montmartre, terminará la carrera, celebrando la cuarta victoria de Tadej Pogacar, dominador casi indiscutible de una Grande Boucle muy explosiva hasta los Pirineos y luego replegado en la segunda parte donde el maillot amarillo se limitó a gestionar su ventaja sobre su rival Vingegaard (+4 minutos y 24”).
En Pontalier, en una penúltima etapa en la que cada uno podía circular con libertad, como al final del curso, se impuso el australiano Kaden Groves, que aprovechó una serie de caídas entre los escapados de la final, precediendo a Van Den Broek y Pascal Eenkhoorn.
En cuarto lugar quedó nuestro Simone Velasco, también atrapado en una caída del grupo. Lo curioso, que no ocurre a menudo, es que un sprinter como Groves (siete victorias en la Vuelta y dos en el Giro de Italia) triunfara tras una escapada en solitario de al menos quince kilómetros. Una hazaña digna de un finisseur, más que de un sprinter, lo que da una buena idea de que la Grande Boucle está a punto de terminar. En cualquier caso, es una gran victoria que le da al Alpecin Deceuninck su tercera victoria tras las primeras de Philipsen y Van Der Poel, ganadores en San Remo y Roubaix, quienes se retiraron del Tour por una neumonía.
¿Y los grandes nombres? Tranquilos y sin prisas. Llegaron a su propio ritmo después de más de siete minutos. Nadie tenía ganas de correr más riesgos, especialmente Pogacar, quien en los últimos días ha empezado a mostrar signos de fatiga, sobre todo psicológica ("Tengo muchas ganas de llegar a casa, a una vida normal, a hacer cosas normales"). Él también, vistiendo el maillot amarillo por 53.ª vez, siente el peso de tres semanas cargando casi siempre con la responsabilidad de liderar la carrera.
Por fin, buenas noticias para Jonathan Milan, de 24 años y originario de Friuli, ganador de dos etapas y ahora, matemáticamente, con el maillot verde del Tour. Un logro espléndido para el velocista italiano, primero en Laval y Valence, que se alza con la clasificación por puntos, por delante, imagínense, del propio Pogacar, quien, además del maillot amarillo, también se lleva el de lunares. Por suerte, también deja algo para los demás.
ilsole24ore