Error de Chevalier, el PSG se recupera en los penaltis y gana la Supercopa de Europa

Fue un partido intenso, emocionante y único, ya que mientras el Tottenham se preparaba, el PSG descansaba, como era necesario, tras las tensiones del Mundial de Clubes, donde jugó la final hace apenas un mes. Así que hoy, hasta cinco minutos antes del final, los parisinos, tras su partido en Nueva York contra el Chelsea, estuvieron en serio peligro de perder otro partido decisivo: la Supercopa de Europa contra el BluEnergy de Udine. Con dos goles en contra, dieron un giro dramático entre los minutos 85 y 94 con goles de los suplentes Lee Kang y Gonçalo Ramos, que llevaron al empate y posteriormente a la victoria en la tanda de penaltis. El resultado fue fruto de los errores de Van de Ven y Tel, este último un francés del Tottenham que quería sorprender al PSG, que nunca lo quiso, pero en cambio cometió el error que puso en peligro sus opciones de victoria.
Sin embargo, hasta ese final alocado, la remontada, la balanza del Tottenham se había visto inclinada por la evidente diferencia de condición física (el PSG solo había entrenado siete días y no había disputado ningún amistoso), pero también, probablemente, por los efectos tóxicos del caso Donnarumma, que pudieron haber influido en su reemplazo. Todos cometemos errores, o pifias, tarde o temprano, pero Lucas Chevalier cometió uno en el partido más importante de su joven carrera hasta la fecha, su debut como portero con el Paris Saint-Germain. Ahora, quién sabe qué dirá la afición, aunque la culpa de la marcha del exjugador, "Gigio", recae plenamente sobre Luis Enrique, quien corrió a abrazar a su nuevo protegido al final del partido. Detuvo un disparo de Van de Ven, el hombre que había marcado el primer gol de los Spurs en el minuto 39. Luego, en el tercer minuto de la segunda parte, Chevalier tocó con la mano un cabezazo de Romero, lo que provocó una pérdida de control que terminó en el fondo de la red, dando al Tottenham una ventaja de 2-0. Chevalier había realizado previamente una gran parada ante el disparo de Richarlison, pero el Tottenham se adelantó con un tiro libre profundo. Se produjo una confusión en el área, y la rápida reacción de los londinenses dio sus frutos, con Van de Ven encontrando el rebote para adelantarse. Por lo demás, el Tottenham dominó el partido, con el PSG lastrado por la baja forma física de muchos de sus jugadores, como Doué (el héroe de la final de la Champions League contra el Inter), Pacho, Hakimi, Vitinha y Kvaratskhelia. La diferencia —y Luis Enrique fue decisivo en este caso— la marcaron las sustituciones, con goles de Lee Kang y Ramos, quienes posteriormente también demostraron su valía como lanzadores de penaltis. El marcador final, 6-5 tras los penaltis, favoreció al PSG, que comenzó la nueva temporada con un nuevo trofeo. Pero la final de Udine también fue un testimonio del fútbol moderno, que no da tregua y obliga a los equipos, incluso a los ricos y campeones, a jugar con apenas una semana de entrenamiento, tras un torneo como el Mundial de Clubes en Estados Unidos que les dejó sin energía. Este fue el caso del PSG en Udine, demasiado feo, a pesar de haber ganado, para ser cierto, y en el futuro les tocará el turno a otros clubes de mayor o menor renombre, a menos que se limite el número de partidos.
ansa