Seleccione idioma

Spanish

Down Icon

Seleccione país

Spain

Down Icon

Mucho ruido, poca gente y menos fútbol: el Lumen Field de Seattle, la primera casa de River en el Mundial de Clubes, le hizo honor a su estruendosa fama

Mucho ruido, poca gente y menos fútbol: el Lumen Field de Seattle, la primera casa de River en el Mundial de Clubes, le hizo honor a su estruendosa fama

Seattle tuvo su primer partido del Mundial de Clubes. En el Lumen Field, el estadio multiuso en el que se juega al fútbol americano y al fútbol debutó el último campeón de América, Botafogo, ante el conjunto local Seattle Sounders. Hubo color pero faltó calor y pasión, en este encuentro correspondiente a la primera jornada del Grupo B, que comparte con PSG y Atlético de Madrid.

Transcurrido el primer partido, se pudo comprobar lo ruidoso que es el Lumen Field. A pesar de que el estadio se encontraba a menos de la mitad de su capacidad, que es de 72 mil personas, cada expresión de los hinchas, cada grito, sobre todo el de gol, cada cántico y cada golpe en los redoblantes que eran poquitos, se escuchaba como si la cancha tuviera más gente en sus tribunas. Aunque también hubo varios baches de silencio, sobre todo en el primer tiempo. Hubo, de acuerdo a lo informado por FIFA, 30.151 espectadores.

Fue un número más bajo del que tienen los Sounders en sus partidos de la MLS, que es en promedio de 32 mil asistentes. Y eso que también había hinchas de Botafogo, aunque en poca cantidad, ubicados en su mayoría en una esquina en un sector de la parte alta.

Quienes habitualmente asisten a este estadio, cuentan que el ruido del Lumen Field es el resultado de su diseño. Como se encontraba en un terreno pequeño, en comparación con otros estadios, la estructura se compactó. Y los espectadores están muy cerca del campo de juego. A su vez, la curvatura del techo, junto con los materiales de los que está hecho (metal y hormigón), reflejan mejor el sonido y lo hacen rebotar. Además, tiene forma de herradura y una de las tribunas, la que da la ciudad, tiene forma de pico de ave.

El tema del sonido ya es una cuestión de culto en el Lumen Field. Tan es así que antes del comienzo del partido, se midió la cantidad de decibeles, la cual, lógicamente estuvo por debajo del récord que es de 137.6, de partido de fútbol americano de los Seahawks contra los New Orleans en 2013.

Foto: REUTERS/Steven BisigFoto: REUTERS/Steven Bisig

El equipo de la NFL de aquí sí tiene habitualmente la capacidad del estadio cubierta. Y el estadio parece diseñado especialmente para los Seahawks porque predomina el color azul y en medio de una platea está el 12, el número que los identifica.

La previa del encuentro se pareció más a la de un Mundial, en la que se entremezclaban las camisetas y se compartían los bares. Incluso, se palpó la idiosincrasia estadounidense en este tipo de eventos. Comida y bebida antes, durante y después del partido y mucho show. Afuera y adentro del estadio.

Hinchas de Botafogo y de los Sounders coincidieron con el after de los aficionados de los Mariners, el equipo de béisbol, que había derrotado a los Guardians. Y fue literalmente un encuentro de bebidas: no paraban de brindar con tequila.

Asientos vacíos. Foto: REUTERS/Agustin MarcarianAsientos vacíos. Foto: REUTERS/Agustin Marcarian

Mientras, algunos hinchas de Botafogo también estaban exaltados. Como uno que se puso una peluca amarilla con la forma del pelo del Gokú rubio de Dragon Ball Z, la serie animada japonesa, y lo imitaba haciendo el “Kamehameha”.

También había familias que llegaron desde Río de Janeiro y muchos hinchas recordaban con alegría la final en el Monumental cuando fueron campeones de América por primera vez en su historia el 30 de noviembre del año pasado, tras vencer a Atlético Mineiro y justamente clasificarse al Mundial de Clubes.

“El Monumental es tierra sagrada para nosotros”, decían una y otra vez. Para ellos, Alex Barboza (jugó un buen partido y fue amonestado en el segundo tiempo), el defensor argentino ex River es un “rey”, extrañan a Thiago Almada y le dan crédito a Joaquín Correa y Álvaro Montoro, los dos argentinos que llegaron como refuerzos de cara al Mundial.

Para los Sounders, el clima familiar parece habitual. Y hasta naif. De hecho, la “barra” llegó con una bandera que parecía más de una manifestación pacífica que de cancha y cantaban “para que gane el Sounders se necesita meter muchos goles”. En el centro de una de las tribunas bajas desplegaron unas pocas banderas de palo y unas tres o cuatro personas fueron las encargadas de darle al redoblante.

¿Y Pepo de la Vega, el argentino que tienen aquí? “It's ok”, comentaron, como diciendo que es un jugador correcto pero no mucho más. Aunque lo quieren y lo identifican con “blonde hair” (pelo rubio). De hecho, lo aplaudieron cuando ingresó a los 25 minutos del segundo tiempo y se levantaron cuando agarró la primera pelota. E hizo vibrar a los hinchas del Sounders hasta el final pero se perdió el empate en la última jugada del encuentro.

“Lo quiero a Pepo porque es argentino”, dijo una mujer en perfecto español. Es nacida en Seattle pero vivió más de 6 meses en Almagro. “Quería conocer Argentina y estudiar el idioma”, contó. También comentó que se hizo hincha de Racing porque la llevaron a conocer la cancha.

Con más color que calor y sin tanto clima de fútbol, pasó el primer partido del Mundial de Clubes en el Lumen Field. Ese estadio ruidoso que ahora espera por River.

Clarin

Clarin

Noticias similares

Todas las noticias
Animated ArrowAnimated ArrowAnimated Arrow