México lindo y querido. Por qué el Hermanos Rodríguez es la envidia de la Fórmula 1
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Eso que dice el refrán, que unos crían la fama y otros cardan la lana, se podría aplicar perfectamente en el mundo de la Fórmula 1. Sobre españoles o mexicanos, cae con frecuencia el prejuicio de que la excelencia y el orden no van con nosotros. Pero resulta que, de forma recurrente, somos los que, en estas últimas décadas, mejor hemos organizado los Grandes Premios. Barcelona, durante muchos años, fue el espejo donde Bernie Ecclestone decía que los promotores debían mirarse. México, hoy día, es la gran referencia.
Son ya diez años los que han pasado, desde que la Fórmula 1 regresara a México. Es indiscutible que, como los buenos flamencos, los organizadores de la carrera han sabido tocar todos los palos y puntuar alto en cada uno de ellos. El circuito no será el mejor, pero es muy bueno; la ciudad no es la número uno del mundo, pero ofrece incentivos notables; la asistencia de público no bate récords, pero siempre se queda muy cerca de lograrlo. Y algo indiscutible: desde la óptica de hacer un evento exitoso, no tiene rival. Es el mejor.
Podría decirse que México se adelantó unos años a la visión que traía Liberty Media cuando compró el negocio de la Fórmula 1. Los nuevos propietarios querían que un Gran Premio fuera mucho más que un evento deportivo. Querían que fuera el evento de bandera de cada país que visitaran, una suerte de Superbowl en todas y cada una de las carreras que componían el calendario. Una fiesta sin parangón, en definitiva. Eso es justo lo que consiguió México con su carrera desde la misma primera edición.
El deporte concebido como espectáculo y entretenimiento en toda su dimensión es lo que los organizadores mexicanos entendieron mucho antes de que Liberty lo exigiera. Pensemos, por ejemplo, en Barcelona. Hace años, la organización se limitaba a ser todo lo excelente que podía en los confines del circuito. Ahora todo es distinto y existe un afán de que la ciudad viva el Gran Premio a nivel popular. Nunca se había hecho un roadshow en sus calles y ahora se da por descontado que será algo habitual.
Checo will never forget his first home podium, and neither will we!
Incredible scenes back in 2021 🤩#F1 #MexicoGP pic.twitter.com/i5pZQDq6vJ
— Formula 1 (@F1) October 23, 2025
El cerebro detrás del enorme éxito del Gran Premio de México es Alejandro Soberón, el CEO de la compañía CIE (Corporación Interamericana de Entretenimiento). La empresa fundada y liderada por el empresario mexicano es la más importante de la América hispana a nivel de grandes eventos. Su fuerte siempre fueron los macroconciertos musicales, pero la empresa está diversificada en muchos sectores. En especial, la Fórmula 1, que es sin duda el plato estrella de la casa.
Una de las filiales de CIE es OCESA, que es la empresa que ganó el concurso para la reforma y explotación del Autódromo Hermanos Rodríguez. OCESA es la responsable directa de la organización del Gran Premio de Fórmula 1 y, sobre todo, de que las cuentas cuadren cada año. Pese al éxito comercial y de público, no es nada fácil hacer rentable un evento de esta magnitud. Las exigencias económicas y organizativas de Liberty Media son descomunales, pero el buen hacer de su director, Federico González, y su equipo obran el milagro cada año.
La palabra milagro está bien utilizada, porque, salvo que haya un interés muy directo y concreto de Liberty Media, tal sea el caso del Gran Premio de las Vegas, una carrera del mundial de Fórmula 1 es por naturaleza deficitaria. Todos los ingresos son para los dueños del negocio, excepto el ticketing y niveles secundarios de hospitalidad. Los países, regiones y ciudades que pelean por albergar una carrera dan por buenas las pérdidas de algunos millones de euros, porque saben que el impacto, como mínimo, supera de forma holgada los 150 millones de euros.
La carrera de México tuvo al principio mucha ayuda gubernamental, porque Felipe Calderón, entonces era presidente de la nación, además de ser un gran conocedor de la Fórmula 1, tenía muy claro los beneficios que a nivel de imagen que podía aportar a su país. Pero cambió el signo político en el gobierno nacional y en el de la ciudad. La primera consecuencia fue que se cerró el grifo del patrocinio que recibía la carrera. Y el tándem Alejandro Soberón-Federico González tuvo que buscar soluciones.
When Max Verstappen and Daniel Ricciardo had painted faces for Mexico's Day of the Dead in 2016. 💀 pic.twitter.com/N8FL0892IK
— Motorsport (@Motorsport) October 23, 2025
Con el tiempo, conscientes de impacto económico y de imagen que perdían si México salía del calendario, los gobernantes, que al principio trataban con desdén a la Fórmula 1, empezaron de forma discreta a volver a arrimar el hombro. No era plan que se mostraran a favor del evento que poco antes denostaban, pero el apoyo en diferentes formas regresó. Una situación y evolución muy similar en formas y tiempos a la vivida en Barcelona cuando Ada Colau alcanzó la alcaldía.
Sin embargo, el gran artífice de todo este éxito, es alguien, que, como dicen en México, no gusta de los reflectores y es Carlos Slim Domit, hijo de Carlos Slim, el propietario de Telmex. No habrá palabras para agradecer suficientemente en México la aportación que ha hecho Slim para el automovilismo de su país. En primer lugar, no hay que olvidar que Checo Pérez es un producto de Escudería Telmex, la cantera de pilotos patrocinada por su empresa.
No habrá palabras para agradecer suficientemente en México la aportación que ha hecho Slim para el automovilismo
Más allá del patrocinio que ha promocionado hasta la Fórmula 1 a pilotos como Checo Pérez o Esteban Gutiérrez, México cuenta ahora con pilotos como Daniel Suárez o Andrés Pérez de Lara en la NASCAR. Además, hay que destacar que la presencia de jóvenes talentos del país que compiten en Europa en Karting o Fórmulas de promoción es de lo más habitual. Pero, más allá del apoyo al talento, Slim fue la fuerza en la sombra para que la Fórmula 1 regresara a su país. Y lo más importante: que una vez logrado el éxito, se mantuviera en el tiempo.
A remolque del entusiasmo de Carlos Slim, se sumaron todas las empresas importantes del país y todo el quién es quién a nivel cultural y social. En todos los sitios gusta lo de ver y ser vistos, pero es que allí, la Fórmula 1 es una vez al año el indiscutible The place to be nacional. La coincidencia con el Día de Muertos, que es algo así como el Halloween mexicano, ayuda a redondear el éxito del evento, pero es, sobre todo, el esfuerzo conjunto de lo mejor de México a nivel humano y empresarial, lo que ha logrado que su carrera sea el evento a imitar por todo el mundo. O la gran F1ESTA como les gusta decir a ellos.
El Confidencial




