El Bernabéu, una reforma y mil problemas

Cualquier ciudadano de a pie acostumbra a tener problemas cada vez que acomete una reforma en su hogar. Los plazos, los costes o las licencias suelen ser un quebradero de cabeza. Para Florentino Pérez, magnate del ladrillo, un ser superior presidente del Grupo ACS, una de la mayores constructoras del mundo, no está siendo una excepción con la remodelación del Santiago Bernabéu. El estadio del Real Madrid, levantado originalmente en 1947, inició su faraónica transformación en junio del 2019 con un crédito inicial, aprobado en la asamblea de socios del 2018, de 575 millones. Más de seis años después, la instalación situada en el corazón de Madrid, en el paseo de la Castellana, sigue inacabada, aunque el equipo blanco juega ahí desde septiembre del 2021, y el presupuesto ya ha alcanzado los 1.347 millones, tal y como informó la entidad madridista en el ejercicio de la temporada 2024-25 que se cerró con unos ingresos récord de 1.185 millones.
El club de Chamartín solicitó un segundo préstamo en el 2021 de 225 millones para sufragar la creación del hipogeo, el césped retráctil bajo tierra que inicialmente no estaba en el proyecto, y en el 2023 pidió al banco otros 370 millones para contrarrestar el incremento de los costes de construcción derivados de la invasión rusa de Ucrania. De esos 1.170 millones a devolver, el Madrid solo ha amortizado 38 millones, puesto que en años anteriores solo se pagaron intereses, y esta pasada temporada se han invertido 184 millones en el Bernabéu.
Las polémicas desde que entraron las grúas en el 2019: la fachada, el césped, los conciertos y el parkingLa entidad presidida por Florentino Pérez calcula que en la campaña 2025-26 se termine la remodelación con la finalización de “algunas actividades de restauración y las de reducción del nivel sonoro en los conciertos”. La tan debatida insonorización del estadio, para algunos expertos una utopía en un recinto tan abierto, supondrá más gasto pero promete retornar al Bernabéu la música, que es la panacea para devolver los más de 1.000 millones derivados de la reforma. Los conciertos fueron suspendidos en septiembre del 2024 tras una denuncia de los vecinos por superar los eventos de Taylor Swift y compañía los decibelios permitidos por ley.
El club confía en volver a acoger a estrellas musicales en su hogar gracias a las obras de insonorización y a la reforma de la ley, o guiño político según se mire, que aumentará el nivel de decibelios permitidos, tal y como pretende el Gobierno autonómico de Isabel Díaz Ayuso.

El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, en el palco del Bernabéu.
SERGIO PEREZ / EFETambién paralizadas desde septiembre están las obras del parking del Bernabéu, de nuevo por una iniciativa vecinal. El emplazamiento de 20.000 metros cuadrados fue concedido al Madrid por el Ayuntamiento para los próximos 40 años, pero el juzgado de lo contencioso administrativo número 30 de Madrid tumbó el permiso por “falta de interés público”.
A falta de los últimos retoques, el nuevo Bernabéu ha ganado en espectacularidad gracias a la incorporación de una fachada envolvente, un techo retráctil, un marcador de 360 grados y el famoso hipogeo, entre otros aspectos. Sin embargo, el fastuoso render que se mostró para presentar la renovación del estadio dista mucho de la realidad, al menos en su vista exterior. El manto plateado que recubre la instalación no provoca el mismo efecto que se percibía en la maqueta virtual, dejando entrever de noche lo que pasa en su interior, y algunas de sus lamas ya se han deteriorado apenas tres años después de su colocación. Para colmo, entre los huecos de la estructura se han reportado algunas goteras en los días de lluvia. Tampoco ha estado exento de problemas el césped, sustituido más de cinco veces desde el inicio de las obras.
El Madrid pretende facturar unos 400 millones anuales con el remodelado Bernabéu, pero de momento los problemas se acumulan en la mesa de Florentino Pérez. En casa del herrero...
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